RABIA
Dicen algunos que la rabia es un estado transitorio
de locura. ¿Debo por lo tanto sentirme o
considerarme loca por sentir rabia ante
la crueldad de este sistema terrorista y profundamente inhumano? Andan pues por
ahí muchos y muchas, locos y locas, siendo criminalizados por su sentimiento de
rabia que les hace escupir verdades sin preocuparse por lo políticamente
correcto, pues la rabia no entiende de formalismos. A esos “enfermos” se les tacha de radicales violentos por su
voluntad de no seguir alienados por un sistema que los quiere esclavos
complacientes.
Una vez que la
libertad ha explotado en el alma del hombre, los dioses ya no pueden contra ese
hombre. Pues es un asunto de hombres, y es a los demás hombres -y sólo a ellos-
a quienes corresponde dejarlo correr o estrangularlo (Jean-Paul Sartre
in Las moscas)
La rabia nace
del descubrimiento de la verdad, del despertar de las conciencias, y la represión
del miedo de aquellos que no quieren saber de la verdad porque les es más
cómodo seguir viviendo en la falacia del sistema desde la más pura ignorancia.
Lo que no saben los alienados, es que ellos también tienen rabia, la guardan muy
adentro, callada, censurada, porque les han enseñado a obedecer, a no molestar
a los poderosos, pero tienen rabia, y tanto que tienen rabia, pero su
conciencia alienada no les deja expresar tan censurado sentimiento.
Están ahí,
mirando al “enfermo” rabioso, señalándolo como buenos chivatos cómplices del
cacique sistema que los utiliza para mantener el orden en su podrida dictadura,
sistema que lejos de respetarles se ríe de ellos como se ríe el amo del esclavo
que después de haber sido humillado sigue lamiéndole las botas, en muestra de
total sumisión, pensando que así podrá vivir en paz.
Dice el
insensato buen esclavo – “¡Miradlos! ¡Están ahí! Los radicales, los antisistema,
los violentos, llenos de rabia.” Y me dan ganas de preguntarles a estos
pacíficos cómplices del sistema genocida – “¿Acaso no sentís rabia ante tanta
injustica y tanta inhumanidad? ¿A caso no sois vosotros los enfermos por apoyar
a unos verdugos criminales?”
La rabia es
violenta, pues ésta nace de la acción violenta que ejercen sobre uno mismo, sin
embargo tal acción ejercida por el verdugo no es considerada violenta siendo
así legitimada y deslegitimando por ende la repuesta no pacífica. Convendría aquí
definir la palabra violencia - ¿Qué es pues violencia? – Violencia es, según la
RAE (http://lema.rae.es/drae/srv/search?key=violencia):
1. f. Cualidad de violento.
Definición como
mucho abstracta particularmente en su tercera acepción: “f. Acción
violenta o contra el natural modo de proceder.” ¿Qué debemos entender por “natural
modo de proceder”? Podríamos preguntarnos así ¿Qué mensaje implícito debemos de
interpretar y asimilar desde esa definición? ¿Quién establece ese “natural modo
de proceder”? ¿Es verdaderamente natural o es aconsejado, dictado por no decir
impuesto, para servir los intereses de la clase dominante que imponiendo sur
cultura dicha hegemónica nos marca las pautas del buen esclavo?
Y todo esto me
lleva al concepto de violencia simbólica
creado por el sociólogo francés Pierre Bourdieu:
Violencia simbólica es esa violencia que
arranca sumisiones que ni siquiera se perciben como tales apoyándose en unas “expectativas
colectivas”, en unas creencias socialmente inculcadas. (Bourdieu, 1999)
Por lo que en la
línea del concepto de violencia simbólica, debemos entender que el “natural
modo de proceder” se enmarca dentro de unas “expectativas colectivas”
resultantes de “unas creencias socialmente inculcadas”. Es decir en una sola
palabra, manipulación. Vivimos por lo
tanto en el mundo de la mentira donde se santifica al verdugo y criminaliza al
inocente.
No sé qué me das
más rabia, si los deleznables procederes del Estado fascista o la complaciente
sumisión de los “felices ignorantes”. Esos ignorantes, borregos rodeados de
lobos, que en su locura sin medida nos llaman fanáticos. ¿Fanáticos nosotros?
No somos nosotros, los rabiosos, quienes adoramos y adulamos a un Estado
fascista que practica el terrorismo de Estado para asegurar, según ellos e
irónicamente, la paz de su pueblo, en todo caso será la paz para ellos. La paz,
para seguir explotando y humillando impunemente a su pueblo que responde con pacífica sumisión.
Quiero decirles
ahora a esos dóciles borregos aletargados:
-
Violencia es
que te arrebaten criminalmente tus
derechos, como pueden ser el derecho a una vivienda, el derecho a un trabajo
digno y en condiciones dignas, el derecho a una educación pública, de calidad y
laica donde la cultura sea libre y no mera propaganda del sistema con el fin de
crear más esclavos, el derecho a decidir sobre tu propio cuerpo, y así una larga lista.
-
Violencia es que
por decir la verdad, por no seguir el discurso oficial te juzguen y te condenen
a dos años de cárcel.
-
Violencia es que
los fascistas puedan manifestarse libremente sin ser juzgados ni encarceladas
porque ellos sí son cómplices y partícipes de este Estado fascista y que a ti te maten a palos por intentar detenerlos y defender los derechos humanos.
-
Violencia es que
manden a tu hijo, que no al hijo del rico, a la guerra para morir por sus
intereses y que no puedas hacer nada, sino eres antipatriota, anti sistema y
por ende terrorista.
-
Violencia es
cobrar de 1 a 3 € euros la hora recogiendo fruta.
-
Violencia es no
percibir tu salario que te has ganado trabajando y no poder reclamarlo.
-
Violencia es ser
mujer y estar doblemente oprimida y esclavizada sin que a nadie le importe.
Finalmente,
violencia es todo aquello que sufrimos cada día la clase obrera, que ahora
llamáis los de abajo, como si os avergonzarais de ello. La violencia es tan
visible como invisible, está ahí presente, en todas partes. Violencia que es
contestada con flores cuando debería serlo con puños.
Tengo rabia, sí,
tengo rabia, y no pienso regalarle flores a mi opresor, a ese maldito verdugo. Que
teman la rabia y a los rabiosos, que cada día son más. Nosotros no somos los
enfermos, pues hemos despertado y nos hemos apoderado de nuestras conciencias. No
nos avergonzamos de quienes somos, pues somos aquellos y aquellas que han
decidido defender la dignidad y la justicia. “El motor de la historia es la
lucha de clases” no lo olvidéis aquellos que cuales amnésicos vagáis por el
mundo sin rumbo y pensad que “un pueblo que desconoce su historia está
condenado a repetirla”. No tengáis miedo en dejar explotar la rabia que hay en
vosotros, abrazad la libertad, y no renunciéis al conocimiento pues éste os hará libres.
Sed insumisos,
como valientes rabiosos que han osado soñar con un mundo nuevo.
Porque tenemos la rabia,
pase lo que pase, permaneceremos en pie.
La rabia de llegar hasta el final
y hasta dónde quiera llevarnos la vida.
Porque tenemos la rabia
ya no podremos callarnos ni sentarnos.
A partir de ahora estaremos listos
porque tenemos la rabia, el corazón y la fe.
Porque tenemos la rabia
pase lo que pase, permaneceremos en pie.
La rabia de llegar hasta el fondo de donde
quiera llevarnos la vida.
Porque tenemos la rabia
ya nada podrá detenernos.
pase lo que pase, permaneceremos en pie.
La rabia de llegar hasta el final
y hasta dónde quiera llevarnos la vida.
Porque tenemos la rabia
ya no podremos callarnos ni sentarnos.
A partir de ahora estaremos listos
porque tenemos la rabia, el corazón y la fe.
Porque tenemos la rabia
pase lo que pase, permaneceremos en pie.
La rabia de llegar hasta el fondo de donde
quiera llevarnos la vida.
Porque tenemos la rabia
ya nada podrá detenernos.
LA RAGE (LA
RABIA DEL PUEBLO) – Keny Arkana