miércoles, 2 de marzo de 2016

SALVADOR PUIG ANTICH NI OLVIDO NI PERDÓN


El 2 de marzo de 1974 fue asesinado por el Estado fascista español el anarquista y antifascista Salvador Puig Antich, de tan sólo 25 años, en la cárcel modelo de Barcelona. Condenado a garrote vil por un tribunal militar, la ejecución tuvo lugar a las 9h20 horas de la mañana siendo certificada su muerte a las 9h40 horas de la mañana por un capitán médico. El cruel asesinato se cometió en la sala de paquetería de la prisión.
Salvador tuvo la valentía de vivir sin miedo y de luchar por un mundo libre y más justo y eso le costó la vida. Sus verdugos nunca fueron ni juzgados ni condenados a pesar de que en octubre de 2014, la jueza argentina María de Servini, instructora de la causa penal contra el franquismo, apelando al Principio de justicia universal, envió una orden de detención internacional contra varios cargos de la dictadura franquista implicados en dicha ejecución, solicitando por la misma su extradición con el objetivo de interrogarles. Imputados, entre otros delitos, por firmar la sentencia de muerte de Salvador Puig Antich están los ex-ministros franquistas Antonio Carro Martínez, José Utrera Molina, Antonio Barrera de Irimo y Licinio de la Fuente. (Cf. «¿A qué veinte franquistas ordena detener la Justicia argentina?»publico.es. 1 de noviembre de 2014.)
Salvador es desgraciadamente uno más de la larga lista de víctimas del genocidio franquista que hoy en día sigue impune. España es el país de la impunidad para los autores de crímenes contra la humanidad, lo irónico del asunto es que el estado fascista español que conforma nuestra realidad nacional pretende dar lecciones a los demás países sobre democracia y derechos humanos cuando éste se niega abiertamente a condenar a los verdugos y a aportar justicia y reparación a las víctimas.
Tiene que ser un país extranjero, en este caso Argentina, quien se encargue de enjuiciar a estos criminales, tarea que pretenden imposibilitar desde España donde nuevamente se protege con garras a estos criminales.
No es de extrañar pues, y conociendo dichos antecedentes, que hoy en el parlamento se haya negado la existencia de presos políticos en nuestro país. Obviamente para esas gentes los presos políticos son personas como los fascistas terroristas Leopoldo López o Antonio Ledezma.
Así pues, es necesario mantener viva la memoria de las víctimas y luchar para que se haga justicia, es nuestro deber y obligación honrar la memoria de aquellos y aquellas que lucharon por la libertad, la justicia y la igualdad, en definitiva por un mundo mejor.
Hoy, día 2 de marzo de 2016, cuarenta y dos años después quiero rendir homenaje y recordar a Salvador Puig Antich, porque gracias a gente como él hemos ido perdiendo el miedo y aprendido a vivir con valentía. Su memoria sigue viva y clamando justicia. Por todo ello gràcies company per la teva lluita que és també la nostra, ni oblit ni perdó, fins sempre metge.


Os dejo aquí abajo un fragmento de la adaptación cinematográfica Salvador (Puig Antich) (2006) dirigida por Manuel Huerga de Cuenta atrás. La historia de Salvador Puig Antich del autor Francesc Escribano, donde se escenifica la ejecución de Salvador Puig Antich.

MUERTE DEL ANARQUISTA SALVADOR PUIG ANTICH POR GARROTE VIL

martes, 1 de diciembre de 2015

SI ME QUIERES ESCRIBIR...

SI ME QUIERES ESCRIBIR…

Mientras iba ordenando papeles, fotografías, una serie de recuerdos guardados en una caja… cae entre mis manos un cuaderno viejo, de piel marrón, en el cual a malas penas pude leer Ministerio de Hacienda Instituto de Carabineros, al abrirlo te vi, tan joven, tan guapo, tan valiente, con esa mirada que siempre llevo en mi corazón.
Se hizo el vacío, ya no era yo en este espacio-tiempo… imágenes lejanas se desdibujan en mi mente, algo borrosas, siento un remordimiento profundo por aquellas preguntas que nunca te hice, y que ya nunca podré hacerte…
El 18 de julio de 1936 marca el principio de la guerra civil española – que nombre tan cínico para no nombrar aquel cruento golpe de Estado contra un gobierno legítimo – tenías veinte años, eras un niño, pero no dudaste en coger un fusil e irte al frente como voluntario para defender la legalidad republicana. Siempre te admiré por ello. Entonces, nos recuerdo, a ti, a mí tan pequeña, escuchando tus relatos que me parecían heroicos, benditos momentos de complicidad que nunca volverán.
Cuando me contabas la guerra, aquella guerra que no dejó nunca de atormentarte, recuerdo aquel destello de esperanza que se desprendía du tu melancólica mirada, cual el desafío de aquel que bailó con la muerte por soleares de libertad. Me fascinaba, provocando en mí una extraña mezcla de dolor y alegría. Te pregunté si tuviste miedo, a lo que me contestaste que no lo tuviste porque fuiste a luchar por la libertad, la justicia y la igualdad.
Mientras me hablabas, fundía mi mente en tu recuerdo, me imaginaba a tu lado en esa primera línea de fuego, en Madrid, gritando ¡NO PASARÁN!, oigo disparos, bombas, siento el polvo, huele a muerte a mi alrededor. Ahora lo pienso de nuevo, y lo veo con tus ojos, aquellos amados ojos que no volverán a mirarme. Se me encoje el corazón de pensar todo aquello que no pudiste contarme… un niño de veinte años, luchando, viendo caer a sus camaradas sin poder llorarles, seguir disparando teniendo al lado el cadáver aún caliente de tu amigo… luchar hasta la muerte… hasta que te alcanzó esa fatídica bala, esa bala que te dejaría inválido el brazo izquierdo toda tu vida, esa herida que te recordaría siempre que tuviste el valor de estar ahí, hasta el final.
Aún así burlaste a la muerte, esa maldita herida no te impediría seguir luchando… creíste en la victoria hasta el último instante, incluso cuando ya era evidente la derrota. Hay ciertas cosas que ya no recuerdo con claridad, maldita sea el silencio de los muertos. Y entonces recuerdo aquel barco en el que tuviste la suerte de poder embarcar, el Stanbrook, ese barco que zarpó desde Alicante donde se libró la última batalla al fascismo. No todos tuvieron tu suerte, muchos otros se quedaron en el puerto esperando a que fuesen a por ellos, pero nunca nadie fue a salvarles. Se quedaron ahí esperando aún sin esperanzas… unos se resignaron a afrontar lo que el destino les deparaba… detenciones, ejecuciones, torturas… otros sin embargo no pudieron soportarlo y en un último gesto de resistencia al fascismo se suicidaron… muertes silenciadas, olvidadas…
Tú estabas entre esos miles de españoles republicanos que consiguieron subir al Stanbrook, a pesar de ello vuestra salvación no estaba asegurada, pues os dieron caza hasta aguas internacionales, tuvisteis que sortear ataques por mar y aire, navegar con las luces apagadas en un sepulcral silencio, acechados por la muerte. Finalmente, aquel barco llegó milagrosamente a Orán, aún nadie se explica cómo. A las mujeres y a los niños los tuvieron dos días en cuarentena antes de dejarles desembarcar para llevarles a la antigua prisión del Cardenal Cisneros. A los hombres sin embargo os tuvieron retenidos durante un mes para finalmente llevaros a campos de concentración, la mayoría fueron destinados al de Boghari, en el interior del Sáhara.
Como buen joven revolucionario que eras nunca te diste por vencido, y aunque muchos no se acuerdan – ni saben – de aquellos exiliados que zarparon en aquel barco que parecía haberse tragado el mar, lo cierto es que estabais allí, más allá del horizonte… donde más allá del mismo seguirías buscando la libertad junto a hombres y mujeres que también se querían libres.
Tú no querías morir, a pesar de todo amabas demasiado a la vida, te aferrabas a ella en un interminable y apasionado tango, como aquel que bailamos juntos una vez… yo era tu revancha, esa pequeña persona a quien confiabas tu más preciado tesoro, tu historia, la historia de un pueblo que un día luchó con dignidad y valentía por la libertad. Sabías que algún día escribiría aquel relato que tanto quisieron silenciar.
Te recuerdo en una sucesión de imágenes de amor, de ese amor que no entiende de tiempos, pues para mí sigues vivo, pervives en mí para siempre, te siento en cada latido de mi corazón, golpeando fuerte para mantener viva la lucha. Te lo debo a ti y a todos aquellos y aquellas que no se doblegaron ante la barbarie.
He vuelto a nuestras tierras para continuar tu legado, no me rindo porque me enseñaste a no hacerlo, siento en mis adentros los cimientos de aquella tierra de libertad que tanto amaste, siguen gritando en sus arterias aquellas voces revolucionarias anónimas clamando una justicia que nunca llega. Nosotros, los herederos de la memoria, seguiremos luchando irremediablemente hasta la victoria, pues hoy estáis más vivos que nunca.
Como escribí una vez “el primer acto revolucionario es escribir y contar la verdad”… voy a cumplirlo abuelo… Ahora te recuerdo en ese campo del sur de Francia, fuimos a coger hierbas de la Provenza, era verano, tú llevabas tu gorra catalana que tanto me gustaba… entre ambos sobraban las palabras… éramos felices mirando a la nada, felices de estar ahí, felices de estar vivos…
Te quiero abuelo, gracias por todo, te escribo y te mando este poema allá donde esté tu paradero…

En tus ojos el destierro
De un corazón que anhela
Una patria huérfana
De aquellos que cayeron en el olvido

Lágrimas sangrientas
De unas esperanzas rotas

Libertad, libertad…
Un cántico lejano ahogado en oscuridad.  


Hasta siempre abuelo, con todo mi amor.

SI ME QUIERES ESCRIBIR...

SI ME QUIERES ESCRIBIR…

Mientras iba ordenando papeles, fotografías, una serie de recuerdos guardados en una caja… cae entre mis manos un cuaderno viejo, de piel marrón, en el cual a malas penas pude leer Ministerio de Hacienda Instituto de Carabineros, al abrirlo te vi, tan joven, tan guapo, tan valiente, con esa mirada que siempre llevo en mi corazón.
Se hizo el vacío, ya no era yo en este espacio-tiempo… imágenes lejanas se desdibujan en mi mente, algo borrosas, siento un remordimiento profundo por aquellas preguntas que nunca te hice, y que ya nunca podré hacerte…
El 18 de julio de 1936 marca el principio de la guerra civil española – que nombre tan cínico para no nombrar aquel cruento golpe de Estado contra un gobierno legítimo – tenías veinte años, eras un niño, pero no dudaste en coger un fusil e irte al frente como voluntario para defender la legalidad republicana. Siempre te admiré por ello. Entonces, nos recuerdo, a ti, a mí tan pequeña, escuchando tus relatos que me parecían heroicos, benditos momentos de complicidad que nunca volverán.
Cuando me contabas la guerra, aquella guerra que no dejó nunca de atormentarte, recuerdo aquel destello de esperanza que se desprendía du tu melancólica mirada, cual el desafío de aquel que bailó con la muerte por soleares de libertad. Me fascinaba, provocando en mí una extraña mezcla de dolor y alegría. Te pregunté si tuviste miedo, a lo que me contestaste que no lo tuviste porque fuiste a luchar por la libertad, la justicia y la igualdad.
Mientras me hablabas, fundía mi mente en tu recuerdo, me imaginaba a tu lado en esa primera línea de fuego, en Madrid, gritando ¡NO PASARÁN!, oigo disparos, bombas, siento el polvo, huele a muerte a mi alrededor. Ahora lo pienso de nuevo, y lo veo con tus ojos, aquellos amados ojos que no volverán a mirarme. Se me encoje el corazón de pensar todo aquello que no pudiste contarme… un niño de veinte años, luchando, viendo caer a sus camaradas sin poder llorarles, seguir disparando teniendo al lado el cadáver aún caliente de tu amigo… luchar hasta la muerte… hasta que te alcanzó esa fatídica bala, esa bala que te dejaría inválido el brazo izquierdo toda tu vida, esa herida que te recordaría siempre que tuviste el valor de estar ahí, hasta el final.
Aún así burlaste a la muerte, esa maldita herida no te impediría seguir luchando… creíste en la victoria hasta el último instante, incluso cuando ya era evidente la derrota. Hay ciertas cosas que ya no recuerdo con claridad, maldita sea el silencio de los muertos. Y entonces recuerdo aquel barco en el que tuviste la suerte de poder embarcar, el Stanbrook, ese barco que zarpó desde Alicante donde se libró la última batalla al fascismo. No todos tuvieron tu suerte, muchos otros se quedaron en el puerto esperando a que fuesen a por ellos, pero nunca nadie fue a salvarles. Se quedaron ahí esperando aún sin esperanzas… unos se resignaron a afrontar lo que el destino les deparaba… detenciones, ejecuciones, torturas… otros sin embargo no pudieron soportarlo y en un último gesto de resistencia al fascismo se suicidaron… muertes silenciadas, olvidadas…
Tú estabas entre esos miles de españoles republicanos que consiguieron subir al Stanbrook, a pesar de ello vuestra salvación no estaba asegurada, pues os dieron caza hasta aguas internacionales, tuvisteis que sortear ataques por mar y aire, navegar con las luces apagadas en un sepulcral silencio, acechados por la muerte. Finalmente, aquel barco llegó milagrosamente a Orán, aún nadie se explica cómo. A las mujeres y a los niños los tuvieron dos días en cuarentena antes de dejarles desembarcar para llevarles a la antigua prisión del Cardenal Cisneros. A los hombres sin embargo os tuvieron retenidos durante un mes para finalmente llevaros a campos de concentración, la mayoría fueron destinados al de Boghari, en el interior del Sáhara.
Como buen joven revolucionario que eras nunca te diste por vencido, y aunque muchos no se acuerdan – ni saben – de aquellos exiliados que zarparon en aquel barco que parecía haberse tragado el mar, lo cierto es que estabais allí, más allá del horizonte… donde más allá del mismo seguirías buscando la libertad junto a hombres y mujeres que también se querían libres.
Tú no querías morir, a pesar de todo amabas demasiado a la vida, te aferrabas a ella en un interminable y apasionado tango, como aquel que bailamos juntos una vez… yo era tu revancha, esa pequeña persona a quien confiabas tu más preciado tesoro, tu historia, la historia de un pueblo que un día luchó con dignidad y valentía por la libertad. Sabías que algún día escribiría aquel relato que tanto quisieron silenciar.
Te recuerdo en una sucesión de imágenes de amor, de ese amor que no entiende de tiempos, pues para mí sigues vivo, pervives en mí para siempre, te siento en cada latido de mi corazón, golpeando fuerte para mantener viva la lucha. Te lo debo a ti y a todos aquellos y aquellas que no se doblegaron ante la barbarie.
He vuelto a nuestras tierras para continuar tu legado, no me rindo porque me enseñaste a no hacerlo, siento en mis adentros los cimientos de aquella tierra de libertad que tanto amaste, siguen gritando en sus arterias aquellas voces revolucionarias anónimas clamando una justicia que nunca llega. Nosotros, los herederos de la memoria, seguiremos luchando irremediablemente hasta la victoria, pues hoy estáis más vivos que nunca.
Como escribí una vez “el primer acto revolucionario es escribir y contar la verdad”… voy a cumplirlo abuelo… Ahora te recuerdo en ese campo del sur de Francia, fuimos a coger hierbas de la Provenza, era verano, tú llevabas tu gorra catalana que tanto me gustaba… entre ambos sobraban las palabras… éramos felices mirando a la nada, felices de estar ahí, felices de estar vivos…
Te quiero abuelo, gracias por todo, te escribo y te mando este poema allá donde esté tu paradero…

En tus ojos el destierro
De un corazón que anhela
Una patria huérfana
De aquellos que cayeron en el olvido

Lágrimas sangrientas
De unas esperanzas rotas

Libertad, libertad…
Un cántico lejano ahogado en oscuridad.  



Hasta siempre abuelo, con todo mi amor.









jueves, 26 de noviembre de 2015

En respuesta al artículo ¿Tiene arreglo Izquierda Unida? de Nicolás García Pedrajas

En respuesta al artículo
¿Tiene arreglo Izquierda Unida?
de
Nicolás García Pedrajas

En su artículo ¿Tiene arreglo Izquierda Unida?, publicado el pasado 22 de noviembre en  laRepublica.es (http://larepublica.es/2015/11/22/tiene-arreglo-izquierda-unida/), Nicolás García Pedrajas reflexiona sobre la condición de Izquierda Unida como fuerza política en calidad de frente de izquierdas en representación de la clase obrera. Aunque comparta en cierta medida su opinión,  me siento en la obligación de aportar ciertos matices a la misma.
Así pues, en un primer momento, articularé mi respuesta siguiendo y respetando el hilo conductor del autor de dicho artículo citado anteriormente, acogiéndome a la lógica de su pensamiento que desarrolla en siete puntos clave que yo resumiré en dos.
En el primer punto, Nicolás García Pedrajas pone de manifiesto el abandono del discurso de izquierda desde la perspectiva marxista, perdiendo por ende su identidad revolucionaria y contestataria desnaturalizando por la misma sus orígenes históricos, de modo a enmarcarse en el discurso hegemónico desde el discurso socialdemócrata siendo éste la expresión de lo que yo llamo “el progresismo capitalista”, que no es más que la “nueva” cara del revisionismo “reformista” con el fin de caminar hacia una regeneración del sistema, sistema que, siguiendo a Karl Marx y Friedrich Engels en El Manifiesto Comunista, más que regenerarse tiende a autodestruirse:

La condición esencial de existencia y de supremacía para la clase burguesa es la acumulación de riqueza en manos de particulares, la formación y el acrecentamiento del capital; la condición de existencia del capital es el salariado, que reposa exclusivamente sobre la competencia de los obreros entre sí. El progreso de la industria, del que la burguesía es agente involuntario y pasivo, sustituye el aislamiento de los obreros, resultante de la competencia, con su unión revolucionaria por medio de la asociación. Así, el desenvolvimiento de la gran industria socava bajo los pies de la burguesía el terreno sobre el cual ha establecido su sistema de producción y de apropiación. Ante todo produce sus propios sepultureros. Su caída y la victoria del proletariado son igualmente inevitables.

 Dicho de otro modo, podemos decir sin miedo a equivocarnos que Izquierda Unida es heredera del pensamiento de Eduard Bernstein, padre conceptual del reformismo, pensamiento cuya idea principal, y de forma resumida, reside en la creencia de que se puede pasar del régimen capitalista al socialista sin la revolución mediante unos cambios no radicales, sino graduales y pacíficos. En definitiva, siguiendo el precepto del optimismo leibniziano,  los reformistas nos venden la socialdemocracia como “el mejor de los mundos posibles”.
En el segundo punto que abarca los seis puntos restantes, el autor trata sobre los problemas organizativos es decir estructurales de Izquierda Unida, que podrían explicarse también desde la perspectiva reformista. En la actualidad asistimos a una despolitización y desideologización no sólo de la clase obrera sino también de las organizaciones que deben representar a la misma, es la “política” del todo vale, y se abren las puertas a los jetas, esa clase de personas motivadas por la ambición personal que manifiestan un narcisismo exacerbado sin tener en consideración los intereses de la clase obrera a la que dicen querer representar, pura falacia y puro oportunismo. Por lo tanto, es cierto que existe dicho caos, no obstante no dejará de existir mientras no se decida llevar una línea política clara y definida, representativa de la izquierda como defensora de los intereses de la clase obrera, objetivo que en mi opinión sólo puede conseguirse desde el marxismo-leninismo. Evidentemente, ese no es el discurso más popular, no por el contenido sino por la amplia campaña de desprestigio que se ha llevado desde varios flancos y desde varios órganos de poder contra el comunismo. Aún así, no podemos seguir hablando desde el complejo (absolutamente injustificado dicho de paso), porque de hacerlo estamos siguiendo el discurso hegemónico que sirve los intereses de la clase dominante y por ende del sistema capitalista. Si queremos construir un frente unitario que defienda de verdad los intereses de la clase obrera debemos de oponernos al discurso hegemónico y por lo tanto enfrentarnos al sistema, puesto que la clase obrera no alcanzará jamás sus plenos derechos dentro de un sistema que la explota sistemáticamente y que la seguirá explotando con nuevas formas de explotación. Es un error pues pensar y creer que mediante la sumisión al poder en vigor se puede alcanzar un Estado Socialista que represente los intereses de la clase obrera dentro del sistema capitalista, ya que es contra natura dada la relación explotador-explotado, dominante-dominado que sustenta dicho sistema. Dicha situación la resume muy bien Nicolás García Pedrajas hablando de “mentiras y estrategias por encima de principios e ideología.”
Por otra parte, el autor del artículo señala que:

Si IU continúa sin discurso propio y a remolque de los partidos de la clase media, su supervivencia es de poca importancia. Algo que solo interesaría a las personas que viven de la organización, pero indiferente para la clase trabajadora. La supervivencia de IU tiene importancia solo si es como instrumento útil a los trabajadores y trabajadoras.

Cierto, pero sería conveniente plantearse el porqué de esta situación, y para ello tenemos que volver la vista atrás, nos guste o no. El principio del fin del PCE como partido revolucionario defensor de los intereses de la clase obrera tuvo lugar en la mal llamada transición, que no fue más que una mera transacción que permitió y legitimó la continuidad de un régimen genocida en total impunidad. Ahí tenemos la primera gran escisión en la izquierda, ya que todos los miembros de la organización no apoyaron, y con razón, el proceder de una cúpula traidora de los conceptos del comunismo así como de nuestra lucha histórica. Los reformistas ganaban así una primera batalla, criminalizando a los compañeros y compañeras que decidieron no rendirse y seguir con la lucha. Abrieron por consecuente posteriormente la puerta de forma desenfrenada a los y las jetas (que también los había y los hay en la organización) mediante la creación de Izquierda Unida, con el argumento, ya en aquel entonces, de crear un frente común de izquierda. Ahora bien, una cosa es querer crear un frente común de izquierda y otra muy diferente, dejar encabezar dicho movimiento por personas que trabajan a favor del sistema, es decir de la burguesía y en contra de la clase obrera, con el fin , y seamos sinceros, de asegurar su propio interés personal. Esto ocurre cuando hay una falta latente de organización y de formación ideológica. ¿Y qué conseguimos con esto? Que cualquier adherido al discurso populista – “discurso vacío con la sustitución de términos ideológicos por vacuidades” por retomar palabras del autor – con complejo del Che llegue a ocupar puestos de poder desvirtuando así el discurso de la izquierda aniquilando por ende nuestra lucha histórica.
Por otra parte, lo que sí me parece un error es asociar la figura del “joven universitario”, retomando aquí el término empleado por Nicolás García Pedrajas, que supongo entendido como intelectual, al de burguesía negando así su pertenencia a la clase obrera o su consideración con la misma:

 Mientras Cayo Lara proviene del mundo rural, Alberto Garzón es un representante de la pequeña burguesía. Sus vivencias son completamente diferentes y su visión de la sociedad también. No creo que nadie se imaginara a Cayo Lara posando en una de la revistas exponente de la podredumbre de capitalismo como Vanity Fair[10]. Sin embargo, no es solo Alberto Garzón, la mayoría de los líderes emergentes de IU comparten este perfil universitario y de clase media, mientras que las personas provenientes del mundo obrero son cada vez menos y su relevancia en el partido casi nula.

 Convendría aquí recordar la definición de clase obrera:

El trabajador se convierte en obrero cuando vende su fuerza de trabajo a otro llamado patrón, o capitalista, poseedor de los medios de producción y el capital necesario para que produzcan. Es decir, el desarrollo de la sociedad capitalista llevará a la creación de la clase obrera. (K. Marx y F. Engels. Manifiesto Comunista.)

Así pues, y a modo  de ejemplo coloquial, ya sea en una oficina detrás de un ordenador o de operario en una fábrica, la condición del empleado sigue siendo la de clase obrera. Dicho concepto ha sido demonizado, descontextualizado y manipulado con el fin de destruir la conciencia de clase de la cual nace la unidad en la lucha. Para ello se creó el concepto de clase media, que no es más que una forma que tiene el sistema para desposeer a la clase obrera de su identidad creando así una escisión en la misma para crear confrontación y así alejarla de la lucha por sus intereses reales, una forma más, desde la vileza, de burlar y manipular a los trabajadores. Idea profundamente vehiculada en el imaginario colectivo al servicio del discurso hegemónico, idea de la cual debemos y tenemos la obligación de desprendernos y combatir, pues nuestra fuerza reside en la conciencia de la existencia y reconocimiento de nuestra clase, siendo ésta la clase obrera. Se crea entonces una dicotomía injustificada entre trabajo intelectual y trabajo manual, que lejos de ser antagónicos son complementarios, pues no es verdad que la lucha anticapitalista se pueda llevar sólo desde la experiencia del trabajador no intelectual como afirma el autor, ya que la teoría se nutre de la experiencia y del análisis objetivo de nuestra realidad. Según los argumentos del autor, Karl Marx, figura como ya sabéis emblemática del comunismo y padre del socialismo científico, respondería al perfil “de universitario y de clase media”, como apunta el autor, por sus orígenes así como por sus estudios universitarios, razón por la cual, y siguiendo el argumento del autor, Karl Marx no habría estado capacitado para cuestionar la condición de la clase obrera. Argumento absolutamente refutable como ha quedado demostrado. Con esto no quiero decir que el partido se constituya exclusivamente de intelectuales, sino que es necesaria la unión del trabajador intelectual con la del trabajador manual ya que ambos conforman la clase obrera.
De hecho, el mismo Nicolás García Pedrajas se contradice al hablar del 15-M, movimiento constituido en su mayoría por gente no intelectual ajena a la teoría del socialismo científico, inmersa en el pensamiento hegemónico de corte liberal y neoliberal, profundamente individualista. Personas que, aparte de constituir el núcleo grueso de Podemos, han sido buscadas y llamadas a participar en calidad de candidatos en las listas de Izquierda Unida con las famosas primarias abiertas en detrimento de una lucha ideológica con un objetivo definido y determinado. Resultado, tenemos a una “organización” sin rumbo, que no sabe qué defiende puesto que no tiene identificado al enemigo, habiéndose éste convertido en una consecución de luchas que quieren diferentes cuando no lo son. Esta estrategia de “lucha” que podemos observar en la actualidad no lleva más que al agotamiento del pueblo y al desánimo del mismo. En definitiva, se están cargando a la izquierda, objetivo que pretendía alcanzar el Estado capitalista fascista desde sus inicios. Una derrota de la izquierda en toda regla, derrota inevitable si seguimos observando inmóviles la debacle de estos insensatos que no son nuestros aliados sino nuestros enemigos. Conste que mi crítica va dirigida tanto a Izquierda Unida como al PCE.
Finalmente, mi respuesta a la pregunta planteada por Nicolás García Pedrajas ¿Tiene arreglo Izquierda Unida? No si me atiendo a las circunstancias del panorama actual. Lo que tenemos que hacer como izquierda es recuperar un partido fuerte comprometido y acorde con su línea ideológica, siendo ésta previamente definida. No se obliga a nadie ni a asumirla ni a abrazarla. Queda claro que no es la idea más popular ni la que nos llevará a la popularidad ya que no se enmarca en el modelo a seguir dictado por el sistema. Ahora bien, toca preguntarnos:

-      ¿Qué buscamos?
-       ¿Cuáles son nuestros objetivos?

Preguntas a las cuales respondería de la siguiente manera: buscamos el avenimiento de un Estado Socialista que garantice los intereses de la clase obrera frente a los de la burguesía, avalando y haciendo realidad los conceptos de igualdad, justicia y libertad, nociones abstractas e inalcanzables en un sistema como es el sistema capitalista siendo éste el antítesis de los mismos. Y esto sólo se puede conseguir desde una organización claramente definida que no teme al descrédito ni a la opinión pública que no es más que el reflejo de la opresión de este Estado fascista, donde nos convencen de que estamos equivocados apelando a discursos que ellos llaman rancios y obsoletos. No nos dejemos engañar. Si tan equivocados estamos, ¿por qué ese empeño en hacérnoslo creer? Y en cuanto a discurso rancio y obsoleto, sólo os preguntaré:

-      ¿Ha desaparecido la explotación laboral?
-      ¿Queda invalidada la teoría de la plusvalía marxista?
-      ¿Hemos conseguido la igualdad en todos los ámbitos?
-      ¿Ha desaparecido la miseria?
-      ¿Quién sigue detentando el poder?
-      ¿Quién detenta el capital y los medios de producción?
-      Etc.

No ha desaparecido la explotación laboral, sino que sigue incrementando. La teoría de la plusvalía marxista sigue en vigor, hoy más que nunca. La igualdad es una utopía en nuestra realidad. Miseria, miseria y más miseria a vuestro alrededor. La burguesía sigue siendo la dueña del poder al detentar el capital y los medios de producción. Así podríamos seguir indefinidamente. Por todo ello afirmo y ratifico que nuestro discurso no es ni rancio ni obsoleto sino que es de candente actualidad. Y eso molesta y asusta, pues claro, no vaya a ser que el pueblo se acuerde de luchar por un mundo mejor, y sobre todo, que no se acuerde de cómo hacerlo porque de ser así están perdidos.

Hoy en día prima la cantidad sobre la calidad, y  es un terrible error. Por eso debemos reconstituir la izquierda y eso pasa por una reconstitución del partido. Pese a ello, no estamos solos, no tenemos que partir de cero, busquemos a los y las compañeros y compañeras que ya han empezado el camino, que los hay, aquellos y aquellas que no se doblegaron ante el enemigo cuando les pidieron hacerlo. Tal vez seamos unos pocos al principio pero luego seremos más, porque sólo desde un discurso verdadero y auténtico, sin complejos, que no mire por las encuestas sino por la clase obrera (en nuestro caso) conseguirá despertar las conciencias alienadas del pueblo. Una ardua labor se abre ante nosotros, pero no olvidemos que tenemos un precedente, que una vez pudimos y que podemos volver a hacerlo. Nuestra primera tarea es devolverle al pueblo su cultura y su memoria, sólo así conseguiremos recordarles que tienen una conciencia, la conciencia de clase.

jueves, 19 de noviembre de 2015

RABIA


RABIA

Dicen algunos que la rabia es un estado transitorio de locura.  ¿Debo por lo tanto sentirme o considerarme loca  por sentir rabia ante la crueldad de este sistema terrorista y profundamente inhumano? Andan pues por ahí muchos y muchas, locos y locas, siendo criminalizados por su sentimiento de rabia que les hace escupir verdades sin preocuparse por lo políticamente correcto, pues la rabia no entiende de formalismos. A esos “enfermos” se  les tacha de radicales violentos por su voluntad de no seguir alienados por un sistema que los quiere esclavos complacientes.

Una vez que la libertad ha explotado en el alma del hombre, los dioses ya no pueden contra ese hombre. Pues es un asunto de hombres, y es a los demás hombres -y sólo a ellos- a quienes corresponde dejarlo correr o estrangularlo (Jean-Paul Sartre in Las moscas)

La rabia nace del descubrimiento de la verdad, del despertar de las conciencias, y la represión del miedo de aquellos que no quieren saber de la verdad porque les es más cómodo seguir viviendo en la falacia del sistema desde la más pura ignorancia. Lo que no saben los alienados, es que ellos también tienen rabia, la guardan muy adentro, callada, censurada, porque les han enseñado a obedecer, a no molestar a los poderosos, pero tienen rabia, y tanto que tienen rabia, pero su conciencia alienada no les deja expresar tan censurado sentimiento.
Están ahí, mirando al “enfermo” rabioso, señalándolo como buenos chivatos cómplices del cacique sistema que los utiliza para mantener el orden en su podrida dictadura, sistema que lejos de respetarles se ríe de ellos como se ríe el amo del esclavo que después de haber sido humillado sigue lamiéndole las botas, en muestra de total sumisión, pensando que así podrá vivir en paz.
Dice el insensato buen esclavo – “¡Miradlos! ¡Están ahí! Los radicales, los antisistema, los violentos, llenos de rabia.” Y me dan ganas de preguntarles a estos pacíficos cómplices del sistema genocida – “¿Acaso no sentís rabia ante tanta injustica y tanta inhumanidad? ¿A caso no sois vosotros los enfermos por apoyar a unos verdugos criminales?”
La rabia es violenta, pues ésta nace de la acción violenta que ejercen sobre uno mismo, sin embargo tal acción ejercida por el verdugo no es considerada violenta siendo así legitimada y deslegitimando por ende la repuesta no pacífica. Convendría aquí definir la palabra violencia - ¿Qué es pues violencia? – Violencia es, según la RAE (http://lema.rae.es/drae/srv/search?key=violencia):

1. f. Cualidad de violento.
2. f. Acción y efecto de violentar o violentarse.
3. f. Acción violenta o contra el natural modo de proceder.
4. f. Acción de violar a una mujer.

Definición como mucho abstracta particularmente en su tercera acepción: “f. Acción violenta o contra el natural modo de proceder.” ¿Qué debemos entender por “natural modo de proceder”? Podríamos preguntarnos así ¿Qué mensaje implícito debemos de interpretar y asimilar desde esa definición? ¿Quién establece ese “natural modo de proceder”? ¿Es verdaderamente natural o es aconsejado, dictado por no decir impuesto, para servir los intereses de la clase dominante que imponiendo sur cultura dicha hegemónica nos marca las pautas del buen esclavo?
Y todo esto me lleva al  concepto de violencia simbólica creado por el sociólogo francés Pierre Bourdieu:

Violencia simbólica es esa violencia que arranca sumisiones que ni siquiera se perciben como tales apoyándose en unas “expectativas colectivas”, en unas creencias socialmente inculcadas. (Bourdieu, 1999)

Por lo que en la línea del concepto de violencia simbólica, debemos entender que el “natural modo de proceder” se enmarca dentro de unas “expectativas colectivas” resultantes de “unas creencias socialmente inculcadas”. Es decir en una sola palabra, manipulación. Vivimos por  lo tanto en el mundo de la mentira donde se santifica al verdugo y criminaliza al inocente.
No sé qué me das más rabia, si los deleznables procederes del Estado fascista o la complaciente sumisión de los “felices ignorantes”. Esos ignorantes, borregos rodeados de lobos, que en su locura sin medida nos llaman fanáticos. ¿Fanáticos nosotros? No somos nosotros, los rabiosos, quienes adoramos y adulamos a un Estado fascista que practica el terrorismo de Estado para asegurar, según ellos e irónicamente, la paz de su pueblo, en todo caso será la paz para ellos. La paz, para seguir explotando y humillando impunemente a su pueblo que responde  con pacífica sumisión.
Quiero decirles ahora a esos dóciles borregos aletargados: 
-      Violencia es que  te arrebaten criminalmente tus derechos, como pueden ser el derecho a una vivienda, el derecho a un trabajo digno y en condiciones dignas, el derecho a una educación pública, de calidad y laica donde la cultura sea libre y no mera propaganda del sistema con el fin de crear más esclavos, el derecho a decidir sobre tu propio cuerpo,  y así una larga lista.
-      Violencia es que por decir la verdad, por no seguir el discurso oficial te juzguen y te condenen a dos años de cárcel.
-      Violencia es que los fascistas puedan manifestarse libremente sin ser juzgados ni encarceladas porque ellos sí son cómplices y partícipes de este Estado fascista y que a ti te maten a palos por intentar detenerlos y defender los derechos humanos.
-      Violencia es que manden a tu hijo, que no al hijo del rico, a la guerra para morir por sus intereses y que no puedas hacer nada, sino eres antipatriota, anti sistema y por ende terrorista.
-      Violencia es cobrar de 1 a 3 € euros la hora recogiendo fruta.
-      Violencia es no percibir tu salario que te has ganado trabajando y no poder reclamarlo.
-      Violencia es ser mujer y estar doblemente oprimida y esclavizada sin que a nadie le importe.

Finalmente, violencia es todo aquello que sufrimos cada día la clase obrera, que ahora llamáis los de abajo, como si os avergonzarais de ello. La violencia es tan visible como invisible, está ahí presente, en todas partes. Violencia que es contestada con flores cuando debería serlo con puños.
Tengo rabia, sí, tengo rabia, y no pienso regalarle flores a mi opresor, a ese maldito verdugo. Que teman la rabia y a los rabiosos, que cada día son más. Nosotros no somos los enfermos, pues hemos despertado y nos hemos apoderado de nuestras conciencias. No nos avergonzamos de quienes somos, pues somos aquellos y aquellas que han decidido defender la dignidad y la justicia. “El motor de la historia es la lucha de clases” no lo olvidéis aquellos que cuales amnésicos vagáis por el mundo sin rumbo y pensad que “un pueblo que desconoce su historia está condenado a repetirla”. No tengáis miedo en dejar explotar la rabia que hay en vosotros, abrazad la libertad, y no renunciéis al conocimiento pues éste  os hará libres.
Sed insumisos, como valientes rabiosos que han osado soñar con un mundo nuevo.

Porque tenemos la rabia,
pase lo que pase, permaneceremos en pie.
La rabia de llegar hasta el final
y hasta dónde quiera llevarnos la vida.
Porque tenemos la rabia
ya no podremos callarnos ni sentarnos.
A partir de ahora estaremos listos
porque tenemos la rabia, el corazón y la fe.
Porque tenemos la rabia
pase lo que pase, permaneceremos en pie.
La rabia de llegar hasta el fondo de donde
quiera llevarnos la vida.
Porque tenemos la rabia
ya nada podrá detenernos.

LA RAGE (LA RABIA DEL PUEBLO) – Keny Arkana

martes, 16 de junio de 2015

EL REGRESO DE LAS 343 «GUARRAS»



EL REGRESO DE LAS 343 «GUARRAS»

Nunca pensé que en pleno siglo XXI me tocaría escribir un artículo sobre el aborto.  Por muy surrealista que parezca, desgraciadamente es así.
No voy aquí a relatar el proceso histórico de la legalización del aborto, ni voy a incurrir en un análisis científico desde una perspectiva sociológica, sino que voy a hacerlo desde mi voz de mujer, de mujer indignada.
Ni tan solo voy a escribir, voy a gritar, gritar para denunciar la inmundicia de la innegable injustica de un gobierno arcaico, que en base a su ya tan reclamada mayoría absoluta gobierna con absoluto totalitarismo.
Para situarnos un poco – y entrar en el termostato de la indignación – aquí los principales puntos de la ley sobre el aborto de Gallardón: en primer lugar, se eliminará la ley de plazos, es decir que la interrupción del embarazo en las 14 primeras semanas dejará de tener vigencia, por lo que se le quita a la mujer el derecho a decidir sobre su cuerpo, esta decisión siendo delegada a un tercero, además de dificultar, por no decir anular, el acceso gratuito a dicha prestación. En segundo lugar, ya no se autorizará tampoco el aborto en caso de malformaciones fetales (se autorizará supuestamente en los casos más graves, todo un eufemismo dependiendo del criterio de quién evalúe… recemos – válgame la ironía – que no nos toque un/a lunática antiabortista), sin tener en cuenta el deseo de la madre así como sus posibilidades económicas. Finalmente, agrupando los dos últimos puntos que, en mi opinión, están correlacionados, se derogará el derecho a abortar a las menores de 16 y 17 años sin el consentimiento de los padres, hecho importante ya que dicha ley no contempla la prevención de embarazos no deseados y la educación en salud sexual, que siguen siendo de especial relevancia en una sociedad en donde persisten tabúes y prejuicios obsoletos derivados de una educación todavía patriarcal y, sí osemos decirlo, machista.
Todo esto nos lleva pues de nuevo a la penalización del aborto, permitiendo así a esos « animales» incluir de nuevo el delito de aborto en el Código Penal.
Vienen a mi mente imágenes en blanco y negro, una multitud de mujeres inundando las calles, sin miedo, juntas, luchando por sus derechos, su libertad. Con esta aberración mal llamada ley, estamos abocadas, las mujeres, a regresar a unos tiempos más que oscuros. Volveremos a ver marchar a aquellas que se lo puedan permitir a abortar al extranjero, las demás, las que no puedan, volverán a acudir a clínicas clandestinas exponiéndose así a las infecciones y a quedarse estériles – eso en el mejor de los casos – o a la muerte. Entiendo que esto es una lucha de todos, pero creo que las mujeres debemos de estar en las primeras líneas, primero por nosotras, luego por nuestras mayores y finalmente por nuestras menores. Yo me declaro en lucha, aunque siempre lo he estado, ahora lo estoy más que nunca. No nos van a quitar lo que tanto ha costado de conseguir, cueste lo que cueste. No sé si recodaréis El Manifiesto de las 343, apelado a posteriori El Manifiesto de las 343 guarras (Le Manifeste des 343 salopes, publicado el 5 de abril de 1971 en el número 334 de la revista francesa Le nouvel Observateur), éste rezaba así:

Un millón de mujeres abortan cada año en Francia.
Ellas lo hacen en condiciones peligrosas debido a la clandestinidad a la que son condenadas cuando esta operación, practicada bajo control médico, es una de las más simples.
Se sume en el silencio a estos millones de mujeres.
Yo declaro que soy una de ellas. Declaro haber abortado.
Al igual que reclamamos el libre acceso a los medios anticonceptivos, reclamamos el aborto libre.

343 mujeres firmaron el manifiesto, un manifiesto en el que declaraban haber abortado en una época en donde esto les suponía poder ser sometidas a procedimientos penales pudiendo ir hasta la encarcelación. 343 mujeres, entre las cuales habían rostros conocidos como los de Simone de Beauvoir, Colette Audry, Monique Wittig, Alexandra Stewart, Marguerite Duras – por citar algunas – todas ellas firmaron, no les tembló ni la mano ni la pluma, sin embargo la gran mayoría de entre ellas no habían abortado…. ¿Por qué lo hicieron? Por  solidaridad, por su amiga, por su hija, por su hermana, por cada una de entre nosotras. Mi pregunta es ahora ¿Nos tocará recurrir de nuevo al manifiesto? Dé por seguro señor Gallardón, en el caso de que sea así, que yo lo firmaré sin miedo ni titubeos, sin vergüenza. Lo firmaré como lo firmaron ellas. Me uniré a todas las valientes «guarras» del mundo entero que un día hicieron historia, labrándonos así el camino, un camino hacia la libertad, la justica y la solidaridad. ¡Ojalá pudiesen usted y los suyos sentir algo de vergüenza! Pero para ello deberían primero dotarse de humanidad.
Han encendido ustedes la llama, cada vez estamos más cerca del estallido. En un decorado de otros tiempos, como mujer, reclamo el derecho a decidir sobre mi propio cuerpo, reclamo el derecho al aborto libre y gratuito, y llamo a todas las mujeres a unirse a esta lucha, a nuestra lucha.
¡Nosotras parimos, nosotras decidimos!
Elisabeth Monerris Navarro.

miércoles, 13 de marzo de 2013

DÍA INTERNACIONAL DE LA MUJER: 8 DE MARZO. PORQUE AÚN QUEDAN MUCHAS RAZONES PARA CONMEMORARLO


Todavía son muchos y muchas en preguntarse el porqué del Día Internacional de la Mujer – pregunta no sin doble sentido – así pues, creo sería conveniente empezar este artículo recordando brevemente los orígenes de dicha celebración, desde una perspectiva cronológica, así como las razones que la motivan:
1909: Conformemente a una declaración del Partido Socialista americano, el primer Día nacional de la Mujer fue celebrado en el conjunto del territorio Estadounidense, el 28 de febrero de ese mismo año. Las mujeres han continuado celebrando esta jornada cada último domingo de febrero hasta 1913.
1910: La Internacional Socialista reunida en Copenhague instauró un Día de la mujer, de carácter internacional, con el fin de rendir homenaje al movimiento a favor de los derechos de las mujeres así como para ayudar a obtener el sufragio universal femenino. La proposición fue aprobada por unanimidad por la conferencia, la cual contaba con 100 mujeres procedentes de 17 países, de las cuales las tres primeras fueron elegidas en el Parlamento finlandés. Ninguna fecha concreta fue fijada para dicha celebración.  
1911: Como resultado de la decisión tomada en Copenhague el año anterior, el Día Internacional de la Mujer fue celebrado por primera vez, el 19 de marzo, en Alemania, en Austria, en Dinamarca y en Suiza, en donde más de un millón de mujeres y hombres asistieron a las concentraciones. Además del derecho al voto y de ejercer una función pública, se exige también el derecho al trabajo, a la formación profesional, y el cese de la discriminación en el lugar de trabajo.
1913-1914: En el marco del movimiento pacifista que germinaba a las vísperas de la Primera Guerra Mundial, las mujeres rusas celebraron su primer Día Internacional de la Mujer el último domingo de febrero de 1913. En los otros países de Europa, el 8 de marzo, o a uno o dos días de dicha fecha, las mujeres protagonizaron unas concentraciones ya sea para protestar contra la guerra, ya sea para expresar su solidaridad con sus hermanas.
1917: Tras haber sido asesinados dos millones de soldados rusos durante la guerra, las mujeres rusas eligieron de nuevo el último domingo de febrero para hacer huelga con el fin de obtener “pan y paz”. Los dirigentes políticos se erigieron contra la fecha elegida para la huelga, pero las mujeres hicieron caso omiso. Cuatro días más tarde, el Zar fue obligado a abdicar y el gobierno provisional otorgó el derecho al voto a las mujeres. Ese domingo histórico caía un 23 de febrero siguiendo el calendario juliano por aquel entonces en uso en Rusia, correspondiendo al 8 de marzo en el calendario gregoriano usado en otras partes.
Seguidamente a este breve recorrido cronológico y como bien hemos podido observar en los párrafos anteriores, la esencia del 8 de marzo reside en la conmemoración a la lucha, más que centenaria, emprendida por mujeres de todo tipo de horizontes y épocas. Asimismo – sumando algo de optimismo tal día como hoy – tomaremos a bien de recodar los logros que han resultado de tan constante lucha. Entre ellos, y de los más significativos, está el sufragio femenino conseguido por primera vez – atendiendo al caso español – en 1931, el 1ro de octubre de ese año concretamente. No podemos pues hablar del derecho al voto de la mujer sin nombrar a una de las figuras más importantes dentro de ese proceso democrático, siendo ésta Clara Campoamor (1888 – 1972), cuyos planteamientos ideológicos han ido siempre encaminados hacia una sociedad más justa, en donde los valores de libertad, igualdad y solidaridad no fuesen una mera utopía sino una realidad en la cual se entendiese y contemplase a hombres y mujeres, así lo expresó ella misma:

Yo y todas las mujeres a quienes represento queremos votar con nuestra mitad masculina, porque no hay degeneración de sexos, porque todos somos hijos de hombre y mujer y recibimos por igual las dos partes de nuestro ser, argumento que han desarrollado los biólogos. Somos producto de dos seres; no hay incapacidad posible de vosotros a mí, ni de mí a vosotros. (Pasaje del discurso pronunciado por Clara Campoamor en la Cortes el 1 de octubre de 1931 en defensa del sufragio femenino)

Ese mismo año, se aprueba igualmente el matrimonio civil así como el divorcio, derecho que recoge la Constitución de 1931 en su artículo nº43:

La familia está bajo la salvaguardia especial del Estado. El matrimonio se funda en la igualdad de derechos para uno y otro sexo, y podrá disolverse por mutuo disenso o a petición de cualquiera de los cónyuges con alegación en este caso de justa causa.

Cuyos fundamentos vienen inspirados en gran parte de la ley francesa. Estamos viviendo por entonces en España una auténtica revolución – así lo podemos calificar dado el contexto de la época – de la condición femenina, en donde la conquista de una igualdad real y efectiva entre hombres y mujeres se convierte en uno de los principales objetivos de la lucha feminista. Por la misma, dentro de esta legítima lucha hallamos otras reivindicaciones como unas condiciones de trabajo dignas para las mujeres, el derecho a la educación (las mujeres siendo la parte de la población más afectada por el analfabetismo), el desarrollo de métodos anticonceptivos (defensa de la libertad sexual) los cuales implican el derecho de las mujeres a ejercer el control sobre su propio cuerpo convirtiéndose por consiguiente en sujeto y no objeto de su sexualidad. Eso nos lleva a la promulgación de una ley del aborto, que – para sorpresa de muchos – fue legalizado por primera vez en España en octubre de 1936 gracias a la anarquista Federica Montseny (1905 – 1994), que fue la primera mujer ministra en España así como una de las figuras clave del anarquismo español. De todo lo anterior, es harto sencillo concluir que la Segunda República Española fue un periodo propicio al progreso de la condición femenina, periodo en el cual el mundo entero fue testigo de una gran revolución – considerando siempre el contexto sociocultural, socio histórico y socio económico de la época – eso sí en femenino.
A esta etapa de progreso sucede una etapa de gran recesión, no sólo en el campo de la condición femenina, sino más bien de la condición humana en general, que viene dada a raíz del golpe de Estado acontecido el 18 de julio de 1936 que finalizará, tras cuatro terribles años de una guerra fratricida el 1 de abril de 1939, sumiendo así al país en un oscuro periodo de larga dictadura caracterizada por la supresión de todos los derechos conseguidos hasta entonces entre otras cosas.
Tendremos pues que esperar hasta la muerte del dictador Francisco Franco, para que las mujeres puedan volver a emprender su camino hacia la conquista de sus derechos usurpados así como de nuevos por conseguir. Aunque la lucha de la mujer nunca cesó, asistimos en ese delicado periodo histórico de la historia de nuestro país a un resurgir de la lucha feminista en España, lucha que goza de un gran resplandor en la Europa del siglo XX.
Hemos hablado de feminismo por lo que creo necesario hacer aquí un pequeño inciso dado el desconocimiento aún vigente en base a este término, siendo éste en demasiadas ocasiones mal entendido y por ende mal interpretado. Precisaremos pues adentrarnos brevemente en una definición terminológica de dicho concepto, por lo que tomaré como fuente autorizada la RAE que define el feminismo como: “Doctrina social favorable a la mujer, a quien concede capacidad y derechos reservados antes a los hombres. Movimiento que exige para las mujeres iguales derechos que para los hombres”, por otro lado también tomaremos como referencia la definición propuesta por Victoria Sau (Licenciada en Psicología y en Historia Contemporánea y profesora de Psicología Diferencial en la Universidad de Barcelona) más desarrollada según la cual:

El feminismo es un movimiento social y político que se inicia formalmente a finales del siglo XVIII y que supone la toma de conciencia de las mujeres como grupo o colectivo humano, de la opresión, dominación y explotación de que han sido y son objeto por parte del colectivo de varones en el seno del patriarcado bajo sus distintas fases históricas de modelo de producción, lo cual las mueve a la acción para la liberación de su sexo con todas las transformaciones de la sociedad que aquélla requiera. (Sau, Victoria in Diccionario ideológico feminista)

Así pues, alejándonos del término “doctrina” utilizado por la RAE, seguiremos mismamente la visión de Jane Mansbridge (Catedrática de Liderazgo Político y Valores Democráticos en la Kennedy School of Government de la Universidad de Harvard) quien plantea el feminismo como “un movimiento creado en el discurso” entendido a su vez como “el compromiso para poner fin a la dominación masculina”. Finalmente, no podemos tratar de definir el feminismo sin citar a una de sus figuras “madre” y, bajo mi punto de vista, más representativas de dicho movimiento (vertebrándose el mismo en distintas corrientes que por cuestiones de espacio no entraremos a explicar), la escritora, profesora, filósofa y feminista francesa Simone de Beauvoir (1908-1986) que mediante su obra Le Deuxième sexe (El Segundo sexo) marcará un antes y un después respecto del movimiento feminista así como de la condición de la mujer en la sociedad moderna, obra de la cual rescataremos la afirmación ya famosa e impregnada en nuestro imaginario colectivo “On ne naît pas femme on le devient (No se nace mujer: se llega a serlo) (De Beauvoir, Simone, Le deuxième sexe 1, Gallimard, Paris, 1949, p. 285-286).
Al concepto de Feminismo oponemos equivocadamente el de machismo, estableciendo así un antagonismo erróneo, pues el primero no es el antónimo del segundo, el machismo siendo la resultante de un comportamiento social que viene dado por unas costumbres de tradición mediterránea – acogiéndonos aquí al término acuñado por el sociólogo Pierre Bourdieu (1930-2002) – ancladas en una concepción patriarcal del Estado. Por consiguiente, si queremos hacer referencia al comportamiento opuesto al machismo debemos pues hablar de hembrismo que nada tiene que ver con Feminismo.
Tras este breve inciso y habiendo delimitado ciertos conceptos, podemos pues proseguir en nuestro discurso. La lucha de la mujer ha sido ciertamente significativa y la principal responsable de la evolución de la condición femenina en la sociedad actual. No obstante, pensar que todo está adquirido y que el feminismo es cosa del pasado así como que aquellas mujeres que seguimos proclamándonos feministas y defendiendo el movimiento somos “unas nostálgicas ancladas en el pasado” es un terrible error, pues queda mucho por conseguir. Ahora más que nunca debemos de permanecer firmes en la lucha ya que, al igual que aconteció después de la Segunda República Española durante la ocupación franquista, estamos asistiendo a una recesión de los derechos de la mujer. Estamos siendo testigos impasibles de los ataques de un gobierno que amenaza con reformar derechos históricos como son el derecho al aborto, al divorcio así como – mediante una reforma laboral que atenta contra los derechos humanos como bien lo ha afirmado la Comunidad Europea – una vulneración a los derechos de la mujer trabajadora, mermando consiguientemente las condiciones laborales de las mismas.
 Hemos tratado los logros de la lucha de la mujer, queda pues tratar aquellos por conseguir. Dentro de los objetivos que nos quedan por conquistar están, entre tantos: la eliminación total de la violencia de género, la igualdad en los espacios públicos (nos referimos aquí a la violación, violencia que siguen sufriendo todavía muchas mujeres), la igualdad salarial (mismo sueldo entre hombres y mujeres a calificación y trabajo igual), la igualdad de acceso a puestos de alta responsabilidad, la no discriminación laboral por razones de maternidad o posible maternidad, y me dejo muchos otros en el tintero…
Con la voluntad de no extenderme demasiado y de no aburrir – quizás – al lector o lectora que haya tenido la amabilidad de dedicar unos minutos de su tiempo a leer estas líneas, no quisiera acabar este artículo sin dedicar unas palabras a las mujeres amas de casa que, aunque desgraciadamente no se aprecie, han desarrollado y desarrollan un papel fundamental en la sociedad. Mujeres invisibles, cuyo trabajo sin beneficios económicos no sólo no es reconocido sino que tampoco valorado. Esas mujeres también son mujeres trabajadoras, sin sueldo, sin vacaciones ni pagas extras, mujeres que – muchos aquí quizás se desconcierten – han ahorrado al Estado mucho dinero, ya que ellas (sumidas en la llamada esfera privada) han velado por el cuidado de su hogar, hijos, padres, nietos, etc., desarrollando así una importante labor social desgraciadamente no reconocida, razón por la cual hoy quiero aprovechar y restituirles el homenaje que a ellas también se les debe. Por la misma, quiero agradecer a todas esas mujeres invisibles la generosidad de una dedicación desinteresada y que yo considero muy legítima. Quiero aquí – arriesgándome a la mayor de las críticas – reclamar el derecho a un sueldo para esas mujeres en reconocimiento a su trabajo así como a la labor social desempeñada por las mismas.
Finalmente, y para ir concluyendo, quedando aún mucho por decir (perdonadme las omisiones), quiero pues desear un feliz día de la mujer a todas mis “hermanas”, conmemorando y agradeciendo a aquellas que nos han labrado un camino que ahora nos toca definir. Despidiéndome pues con una imagen que espero muchas y muchos podáis entender y sobre todo compartir:

Así esté mi cuerpo en carnes vivas, sangrando en cada poro de mi piel, acusando los golpes que me habréis querido infligir por osar alzar la voz, mi voz de mujer, articulando palabras para algunos blasfemas, seguiré escalando, piedra tras piedra, pues habrá merecido la pena tan sólo tocar la cima para poder vislumbrar el amanecer…